Sé que no quieres pensar en lo que va a pasar, como vamos a estar,
Sé que ya
no soy nadie y fallé en la ecuación, ya no sé lo que soy,
Un loco enfrente de
su televisión, usando el mando de la
desolación...
Y dáme tres
días, que me hagan cambiar, ser lo que siento, lleva su
tiempo
dejar que
la vida, nos vuelva a juntar, pararla en un momento y,
que nada me separe de
ti...
Un tiempo para pensar, en lo que hicimos mal, ahora ya nos da
igual,
Un tiempo para perder, en saber si volver, si volver a querer,
Un
loco enfrente de su televisión, pulsando el mando de la
desolación,
Y dáme tres días, que me hagan cambiar, ser lo que
siento, lleva su
tiempo
dejar que la vida, nos vuelva a juntar, pararla
en un momento y,
que nada me separe de ti...
Y no sé como salir,
de esta situación
Y no sé como salir, de esta situación
Y no sé como
salir, de esta situación....
Si fuera tan fácil, ¿verdad? A menudo pensamos que una canción nos está dictando lo que debemos decirle a ese alguién tan especial...
Y mi interior me dice que así es, cada vez que te miro, te escucho, me sonríes, te sonrio, me escuchas, me miras...
Pero la cabeza me dice que no es tan fácil decir que lo uno siente, por eso es habitual en mi, utilizar las canciones de buenos músicos, que ponen voz, y música a mis sentimientos, y momentos vividos y por vivir...
Te espero, dáme tres días...
Estoy de regreso.
Iván Valverde.
Potser és més fàcil del que et penses: canta-li, envia-li la lletra, posa-li la cançó al cotxe, dedica-li a la ràdio...
ResponderEliminarPotser els tres dies no et calen, potser amb tres minuts de cançó en tens prou per dir-li el que vols dir-li.
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